lunes, 25 de febrero de 2008

MAIZ, CONTAMINACIÓN TRANSGÉNICA...


Imagínese en México la vida sin maíz, o sea sin tortillas, tamales, atole, elotes, tacos, totopos, pozole, memelas, nicuatole, molotes, tostadas, empanadas, flautas, tlacoyos… Estamos tan acostumbrados a comer alimentos hechos con maíz que casi nadie se pone a pensar en lo importante que es para nosotros. Total, es lo que siempre hay en la mesa…

Estimados amigos y medios de comunicación:

Este miércoles, 27 de febrero a las 20:00 horas, se presenta en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, IAGO (Macedonio Alcalá 507, Centro), el libro Maíz, contaminación transgénica y pueblos indígenas en México, con la presencia de Fernando Soberanes, Juan Arely Bernal Alcántara y Mercedes García Lara como comentaristas.

…Pero el maíz no siempre ha existido. Hace alrededor de diez mil años, cuando los hombres y mujeres que vivían en el territorio que hoy conocemos como Mesoamérica, encontraron una planta silvestre parecida al maíz que les gustó y comenzaron a sembrarla. En las cuevas de los valles de Oaxaca (Guilá Naquitz) y Tehuacán, se han encontrado algunas de las muestras más antiguas. El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas quichés, nos dice que “en Paxil y en Cayalá, como nombran este lugar, nacieron las espigas de maíz amarillo y de maíz blanco”.

Han sido cientos de generaciones las que han vivido en tierras mesoamericanas, las que convirtieron un fruto no más grande que un dedo meñique en las mazorcas que conocemos ahora. En ese largo tiempo se estableció una relación de dependencia mutua. El maíz necesita de la mano humana para poder vivir, ya que no crece solo; pero la gente de los pueblos indígenas también necesitamos del maíz para vivir. El maíz es lo que nos hace. Sin maíz no somos. Como dice el Popol Vuh cuando habla de la creación del hombre: “Allá fue donde obtuvieron en fin los alimentos que entraron a componer la carne del hombre hecho, del hombre formado: eso fue su sangre que llegó a ser la sangre del hombre, ese maíz que entró en él por el cuidado de aquél que engendra, de aquél que da el ser”. Pueblos indígenas mesoamericanos y maíz somos compañeros inseparables.

Las manos de mujeres y hombres de diversos pueblos indígenas son las que han hecho posible que hoy exista una gran diversidad de maíces adaptados a diferentes ecosistemas y gustos alimenticios. En México se produce maíz desde cero hasta más de tres mil metros sobre el nivel del mar, en climas tan diversos como selvas tropicales, bosques y desiertos. Una tortilla de maíz blanco es más suave y dulce, pero una de maíz amarillo aguanta más tiempo sin echarse a perder; por eso cuando alguien va al rancho durante varios días le echan tortillas amarillas. El maíz morado es muy apreciado por los habitantes de la ciudad de México que van a comer quesadillas a La Marquesa y otros valles aledaños. El maíz rojo se utiliza para ver el futuro; entonces la relación con el maíz trasciende lo alimenticio, lo material y se interna en lo espiritual. Por todo esto, y por muchas cosas más que nos implican con el maíz como la base fundamental de nuestra alimentación, les invitamos para que nos acompañen este miércoles a la

Maíz, contaminación transgénica
y pueblos indígenas de México

de

Aldo González Rojas

con los comentarios de
Fernando Soberanes
Juan Arely Alcántara
Mercedes García Lara

Miércoles,
27 de febrero, 2008
20:00 horas


Patio del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, IAGO
Macedonio Alcalá 507, Centro,Oaxaca, Oax., México


entrada libre



Agradecemos el renvío de esta información con tus amigos y conocidos, a través de correo electrónico y del aviso verbal. Gracias.



1 Comentarios:

Blogger Unknown dijo...

Ha de estar buenísimo el libro...
saludos.

4 de marzo de 2008, 1:12 p.m.  

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